domingo, 1 de mayo de 2011

hay veces

que las palabras son miradas
miradas mudas que clavan
claveles en almas desamparadas

miércoles, 27 de abril de 2011

Laberinto de colores

En la calle nublada, se vislumbraba el camino a seguir. En lugar de tiendas, personas, todo aquello que adorna una calle, existían grandes máquinas con boletos de tómbola que predecían su sino más inmediato. Los boletos, en lugar de números, presentaban combinaciones de colores. En la calle, que no era calle, sino laberinto nublado del que escapar, buscaba su sino Ángela. No existían aceras, sino grandes paneles en los que al pisarlos, se iluminaba una faceta pasada de ella. De este modo, se sucedían pasos llenos de sonrisas y lágrimas. Al caer la noche cada día, vacía, sola, volvía a su cama al cerrar los ojos. Y cada mañana, al alba, retomaba su laberinto nublado. Unos días con grandes tormentas, otros con la leve llovizna, otros de tregua sin lágrimas.

El laberinto tenía sus reglas. No podía obtener más de un boleto por día y nunca podía dar marcha atrás, tomara el camino que eligiera. Así ella, unos días alegremente paseaba e iba tomando caminos según su corazón le dictara. Otros, la tormenta le hacía correr buscando cobijo que nunca encontraba y en su ansiedad escogía caminos sin ton ni son. La pesadumbre de la nostalgia le clavaba en un mismo sitio durante interminables horas que llegaban a su fin al caer la noche, y sin su elección, cerraba los ojos.

Los boletos que adquiría predecían su no suerte. Siempre el azar le regalaba combinaciones de colores imposibles. Negro con naranja y amarillo. Rojo más azul y marrón. Siempre los elegía y su no suerte siempre era la misma. Sigue buscando, sigue intentándolo, sigue rascando, tu futuro aún no tiene color. Pero aún así, su ansia por controlar su suerte, hacía que siempre fuera ella quien dictara el boleto a escoger.

Las aceras de grandes paneles iluminados, le hacía reflexionar a cada paso que daba. Unas veces no eran más que anécdotas divertidas que le hacían sonreír, otras sin embargo, el dolor y el daño parecía sumergirse en ella como si de la primera vez se tratara. Tonos dulces y ácidos, salados y amargos se sucedían en su tormentoso caminar.

Era sencillo. Simplemente tenía que observar a su alrededor. A cada panel una máquina de boletos le correspondía. A cada boleto, una combinación. A cada combinación un pista del rastro a seguir para escapar del laberinto.

Un día, decidida Ángela a no dejarse nublar por el entorno, emprendió su camino más íntimo. La impaciencia la aparcó, la desesperación la desterró y quiso sentir cada panel de su vida para sentir su más íntimo yo. A cada paso, a cada panel, se detenía. Si tenía que reír, reía abiertamente recreando esas situaciones divertidas que la vida le había regalado. Si tenía que llorar, lloraba arrastrada por el dolor de esos pasajes que la vida le había regalado.

La vida regala momentos, etapas, instantes, rachas. La vida es un regalo constante del que aprender, enriquecerse y superar.. y disfrutar.. Ángela lo sabía. Después de haber estado vagando durante largos meses por aquel laberinto sin salida hasta el punto de la desesperación y la impaciencia, por fin, conocía el secreto. Para escapar tenía que reencontrarse y mirar con claridad su entorno comenzando por si misma.

Así transcurrieron varios meses. Reflexionando a cada paso. Observando su pasado para poder construir su futuro. Decidió no apostar más y dejó los boletos para cuando supiera reírse de su suerte. Cada mañana afrontaba su camino con más ilusión que el día anterior y se sentía alegre aún cuando eran penas las que transitaba. Su pasado era ella del que aprender.

Una mañana, al abrir los ojos y situarse como cada día frente al laberinto de su propia vida, el panel que pisaba reflejaba su propia imagen. Un poco contrariada, no supo qué significaba ni hacia dónde pisar. Sintió un vértigo enorme. Como caída al vacío sintió una soledad atroz y un frío que le rasgaba su interior. A su lado una máquina de boletos mostraba el siguiente mensaje: “Tu destino es ahora el que te quieras marcar. La suerte no se busca, te encuentra. Y si no te sonríe, échale una sonrisa que seguro mañana, será más amplia”. No entendía nada, así que sin más, quedó todo el día inmóvil en el mismo panel intentando adivinar qué es lo que significaba.

Al día siguiente, la escena se repitió. Su imagen en el panel, la máquina con aquel mensaje, pero algo había cambiado. Algo que no era tangible ni visible. La mirada de Ángela hacia ese presente, antesala de su futuro, era valiente, era decidida, llena de ilusión por conocer lo que la vida aún tenía que regalarle. De aquel modo, se observó en el panel. Se reconoció. Sabía quién era y qué es lo que quería en su vida. Se miraba y sonreía, y lloraba, emocionada se sentía ella. Decidida a dar el paso, antes quiso probar suerte. Sabía que saliera lo que saliera en aquel boleto, no iba a perder su sonrisa.

Y es así como Ángela, con su boleto en mano, descubrió que el laberinto es camino por descubrir. Los paneles, nuevos recuerdos por dibujar con alegres pisadas. Las máquinas, regalos de la vida por saborear. Los boletos, el azar de otros caminos por superar... disfrutar...

domingo, 10 de abril de 2011

espera que..

hojas caducas
de nuevo nacerán
tras la fría noche
el día amanecerá
fieles golondrinas
en mi morada anidarán
mis secos labios
tu nombre suspirarán
agua de mis lágrimas
mar de amores bañarán
esperas dilatadas
en un instante confinarán
miradas perdidas
tus ojos hallarán
mis manos desterradas
tu cuerpo dibujarán
la sed de mis besos
tus labios saciarán

espera que..

en el silencio
te voy a esperar

jueves, 7 de abril de 2011

As de corazones

si te sueño te desdibujas
en sumas de agujas

si te pienso te difuminas
en caminos de espinas

si te hallo te perfilas
en cúmulos de fantasías

si te abrazo te trazas
en burbujas de esperanzas

si te beso te tallas...

si te beso as de corazones
en un suspiro quedas marchito

lunes, 4 de abril de 2011

Maybe Tomorrow

silencio en la sala
la función va a comenzar
de más caras con máscaras
de mentiras adornadas

murmullo en la sala
que baja el telón
de ruido derruido
con verdades desoído

gritos en mi sala
que quiero escapar
de mi morada sin demora
y el camino a casa encontrar





I wanna breeze and an open mind
I wanna swim in the ocean
Wanna take my time for me
All me